Impactante: Judíos enseñan quién es Satanás
SRAEL.- “HaSatán” en hebreo significa “el adversario, el obstáculo, o el perseguidor”. Lo que muchos creyentes ignoran acerca del Judaísmo, es que para lso rabinos muchas de las cosas que están en la Biblia no son literalmente reales sino simbolismos, como los relatos del Génesis.
Inclusive existen algunas similitudes entre el Satanismo y el Judaísmo Esotérico/Místico/Cabalístico, como el Shem HaMeforash. Ambos han creído La Mentira Más Grande Hecha por Satanás, “no existe”.
El Judaísmo cree que tampoco Satán puede causarnos daño o hacernos mal, sino hasta que le damos el derecho para hacerlo, luego de cometer actos malos. Por lo general cuando un judío comete un acto incorrecto suele decir “impulso maligno”. Basados en el relato de Job, el Judaísmo por general cree que él es un espíritu maligno que incitó las rebeliones de Israel en el desierto, como el levantamiento del Becerro de Oro, pero que se ve en la necesidad de solicitar previamente la autorización de Dios para someter la vida de Job o cualquier otro ser. Pero la figura de Satán como el “Maligno” no es enemigo de Israel y nunca existió de esa manera en el Judaísmo.
Jorge Romero Gil, experto en Filosofía explica en About:
En todo momento se presenta a Satán -o sus equivalentes- como entidades al servicio de la deidad, no enemigos suyos, y ese es el punto fundamental que diferencia una doctrina dualista de una que no lo es. Las “luchas” entre el Yavhismo y sus oponentes que se van describiendo a lo largo de Reyes y Crónicas no incluyen para nada a “Satán”, ni siquiera en su formulación hebrea, en realidad son las luchas entre la preponderancia del culto Yavhista y los cultos cananeos -que se mantienen perfectamente vivos en Fenicia-, es Ba’al y Astarté quienes compiten con Yahvé, no Satán o Satanás.
La serpiente del Génesis no es Satán -solo en tradiciones rabínicas posteriores y cuando se desarrollé el mito de Lilith se identificará con Samael, que, por otra parte, tampoco es Satán y, por otra parte… sigue siendo un ente al servicio de Dios, como Lilith, por mucho que sean entes nocivos para los humanos-.
En la Torá tampoco sale ningún oponente de Dios. En Isaías tampoco -el asunto de Lucifer no es tanajíco sino una “interpretación cristiana” obra de Jerónimo y su Vulgata-. Ni siquiera en el punto más cercano a un “duelo cósmico” como es el Libro de Daniel se llegará a un punto de desvió que presente un archienemigo espiritual de la deidad, no se da en ningún momento.
Satán es solo un fiscal al servicio de Dios, como fiscal actúa de acusador y es negativo a los humanos -al menos generalmente-, es evidente tanto una cosa como otra en el libro de Job. Pero también en la dicotomía que aparece en Samuel y Crónicas respecto al censo que ordena David, en un sitio se dice que lo ordena la divinidad y en el otro que lo sugiere Satán, desde un punto de vista hebreo -antiguo o moderno- no existe ninguna contradicción en eso, porque Satán actúa al servicio de Dios, y el hacer un censo se considera algo con implicaciones negativas para los censados, así que es perfectamente lógico que o lo ordene Dios directamente o use a “su fiscal” para dar la orden.
Sin embargo, como está dicho, “Zapatero a su Zapato”. Nosotros hemos dedicado nuestras vidas al estudio de la Biblia, y conocemos que las posiciones antes mencionadas son amplias de investigación pero acéfalas. Por eso, “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. (2 Corintios 2:11 – RV1960) Y, también está dicho acerca de él, la Biblia lo confirma en el Nuevo Testamento (NT):
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. (Apocalipsis 12:9-11 RV1960)
Fuente: Profecía al Día