martes, 22 de septiembre de 2015

¿Es malo para una pareja casada tener sexo por placer?

¿Es malo para una pareja casada tener sexo por placer?

Pregunta: "¿Es malo para una pareja casada tener sexo por placer?"

Respuesta: Casi todo un libro en el Antiguo Testamento está dedicado al tema de la pasión y el sexo por placer. Cantar de los Cantares es tan detallado en su intención del placer sexual en el matrimonio que alegorías fueron utilizadas para bajar el tono, y los chicos Hebreos no podían leerlo hasta cumplir los 12 años, cuando se convirtieron en hombres. Dios quiso claramente que el sexo en matrimonio sea placentero. 1 Corintios 7:3-5 habla de no abstenerse del sexo en el matrimonio: "El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.”
Los sentimientos de deseos sexuales y placer durante las relaciones sexuales fueron creados por Dios, y el matrimonio fue creado, en parte, para cumplir con esos anhelos. Lo que Pablo está diciendo es dirigir esos sentimientos a su cónyuge y no a otro y asegurarse de que ellos se cumplan dentro de su relación de matrimonio, no fuera de ella. Observa que Pablo dice que si uno de los cónyuges no está cumpliendo las expectativas de su cónyuge, ya sea de placer o tiempo, entonces ambos deben traerlo ante Dios para que uno no intenta encontrar cumplimiento fuera de esa relación de matrimonio. Debido a la existencia de la pornografía y la perversión del sexo a través de los años, muchas personas (especialmente cristianos) tienen la idea que el sexo placentero es malo. A veces olvidamos que Dios nos formó para tener relaciones sexuales y creó las emociones para ir con ella; la intención era el placer. Nosotros no debemos permitir que Satanás y sus mentiras nos impidan disfrutar de nuestros cónyuges, y nosotros no debemos caer en el falso placer del sexo que el mundo ofrece. El placer de Dios es real y satisfactorio; el de Satanás está vacío y falso

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